Home ACTUALIDAD Amenazada la viabilidad del arroz colombiano

Eudoro Álvarez Cohecha,  Presidente Agameta

A raíz de las recientes movilizaciones agrarias, el cultivo del arroz fue objeto de nuevos análisis que revelaron su importancia para vasta regiones como fuente de empleo, además de ser parte improtante de la dieta de los colmbianos. Las amenazas sobre este cultivo pueden tener consecuencias incalculables. Deslinde

  1. 1.   El arroz en Colombia

El arroz es el tercer producto agrícola en extensión, después del café y el maíz. Representa el 13% del área cosechada en Colombia y el 30% de los cultivos transitorios. Su producción representa el 6% del valor de la producción agropecuaria y el 10% de la actividad agrícola Colombiana1. Es además fuente alimentaria en los hogares de los más pobres de nuestra sociedad. arroz-deslinde

 

211 municipios, dispersos en 20 departamentos, tienen en el arroz una de sus principales actividades productivas, constituyéndose en soporte de las economías de dichas localidades y fuente de 65.000 empleos directos además de 2.000.000 de personas vinculadas a las actividades indirectas, conexas con 18000 productores, residentes en dichos centros poblados.2

Durante el año 2003, según cifras de la FAO, Colombia ocupa el puesto número 22 en la producción mundial de arroz cáscara, el tercero entre los países del ALCA, después de Brasil y Estados Unidos, y el primero entre los miembros de la CAN. Sin embargo, la participación en el mundo es marginal con sólo el 0,4% del total, pero importante en el ALCA con el 8,3% y en la CAN con el 37,6%. La producción colombiana, anualmente ha aumentado a una tasa del 4,8% entre 1993 y 2003, la cual se encuentra muy por encima del comportamiento mundial del 1,1%, y de los países del ALCA y de la CAN, que crecieron a tasas anuales del 1,8% y 3,6%, respectivamente.3

A pesar de su importancia, padece múltiples amenazas: debe competir con arroces subsidiados, y el contrabando consuetudinario; la carencia de investigación, generadora primaria de la crisis sanitaria que lo afecta, acompañante obligada de deudas impagables; los altos costos que incluyen combustibles y lubricantes, superiores a países importadores del hidrocarburo; sumado a una revaluación del peso, convertido en un commodity para solaz de especuladores internacionales y sus socios nacionales.

  1. 2.   Situación internacional

El arroz, conjuntamente con el trigo y el maíz, es de los tres cereales más producidos y consumidos en el mundo. Principalmente, se consume en los países donde se produce y  el mercado mundial es solo el 7% de la producción global.

Se cultiva en 100 países del globo terráqueo, principalmente en el Asia,- tres grandes productores (China, India e Indonesia) producen el 61% de la producción mundial- en donde también se consume masivamente; sin embargo, se siembra en los cinco continentes.

La producción mundial ha evolucionado de 205 millones de toneladas en 1960 a 606 millones de toneladas en 2008, hasta 746  millones de toneladas, según la FAO, previstas para el 2013; mientras que las áreas lo hicieron desde 125 millones de hectáreas hasta 152 millones de hectáreas, lo cual evidencia un gran salto tecnológico en ese aumento.

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EXPORTADORES:

En su orden son:

1. Tailandia: 8.6 Mt, que exporta a África y Asia.

2. Vietnam: 4.5 Mt, vende a Asia.

3. India: 4.2 Mt, con destino a Oriente Medio. w Estados Unidos: 3.6 Mt, cuyo mercado es América Central el Caribe, Japón y Europa.

4. Pakistán: 2.1 Mt, hacia Oriente Medio.

5. China: 1.4 Mt. que provee mercados asiáticos; también exportan algunas cantidades Egipto, Italia, Uruguay, Guyana, Argentina;

6. España le vende a la Unión Europea junto con Italia.

7. Nótese que Uruguay y Argentina exportan hacia Brasil.

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3. El arroz en el TlC con los EE.UU.  y el contrabando

En la negociación Colombia renuncia a proteger su producción mediante aranceles y Estados Unidos mantiene el arma de promoción de la suya: los subsidios; así, la estructura del negocio quedó sellada en contra de la producción nacional.

Desde el Ministerio de Agricultura, se ha afirmado que en el TLC con Estados Unidos el arroz es uno de los cultivos perdedores. La pésima negociación, seguramente es la causa principal de esa aseveración gubernamental.

Los “esfuerzos gigantescos” que se anuncian, las Trading Company –curiosa figura que pone a las burocracias gremiales a pelear por la migajas de las utilidades del producto importado en vez de defender sus sectores–. Los controles de los subsidios a las exportaciones, nos colocan en el plan de atajar cucarachas cuando lo que entra son elefantes materializados en subsidios internos a las producciones norteamericanas.

El TLC con Estados Unidos se da en Colombia por medio de la Ley 1143 de 2007, en la que se aprueba el acuerdo, sus cartas adjuntas y sus entendimientos; este marco normativo es modificado el mismo año mediante las disposiciones de la Ley 1166 y posterior a ello, la Corte Constitucional en el año 2008, en sentencia C-750, declara exequible el acuerdo y la Ley aprobatoria, el documento constituye acciones de comercio bilateral y es allí en donde se encuentran los parámetros para los diversos productos, entre ellos el arroz.4

Si se presentan cantidades que exceden el techo estipulado para el desmonte gradual, se determina el arancel en el marco regulado por las Notas Generales de la lista arancelaria de Colombia. Los aranceles deberán mantenerse en la tasa base, del 80%, durante los seis primeros años, en tanto al comenzar el primero de enero del séptimo año, los aranceles serán reducidos en 13 etapas iguales (6.16 por ciento, caso de las categorías del arroz) y dichas mercancías en el décimo noveno año serán totalmente desgravadas.5

El TLC con Estados Unidos entró en vigencia el año pasado, por lo cual en el 2013 ingresarán 82.555 toneladas de arroz con 0 % de arancel, representando así el 10% producción, hasta el momento, de arroz en Colombia, que para el primer semestre del año fue de 852.190 toneladas, según el Departamento Nacional de Estadísticas (DANE).6

En 2012 con el ingreso de las primeras 79 mil toneladas, el precio bajó 30%, lo cual generó una crisis, origen de las movilizaciones arroceras de febrero, marzo y agosto.7

Un factor agravante es el del contrabando, proveniente de Venezuela, país importador de arroz, pero que en razón a los altos subsidios otorgados allí, la extensa frontera con Colombia y el debilitamiento extremo de los controles aduaneros, provoca un flujo ilegal que junto con el proveniente de otros países vecinos se calcula en 300.000 toneladas anuales del cereal que ingresa de esa manera al territorio nacional.

El acuerdo denominado Alianza Pacifico, que incluye al Perú, hoy por hoy, el de mayor crecimiento arrocero en el marco de la CAN, coloca el arroz colombiano ante desventajas, que perforarían la franja andina de precios, recurso de protección al cual se renunciaría de no excluirse el arroz como se ha planteado por entes gremiales como Dignidad Arrocera, Fedearroz y la SAC.

4.- la competencia con Ecuador y Perú

Desde que se inició el Ecuador en las exportaciones en 1998, su mercado natural ha sido Colombia. Son muy esporádicas las exportaciones que se han realizado a otros países como Estados Unidos e Italia registrados el año 20038. El arroz ecuatoriano es competencia directa para el arroz colombiano y el gobierno ecuatoriano presiona constantemente para que los acuerdos de la CAN se cumplan y solo las razones sanitarias han impedido que ese mercado se dé en forma fluida. El arroz proveniente de Ecuador, puede llegar a Colombia con un precio 20% inferior al nacional en zona de producción.

Brasil, a pesar de ser el primer productor de América Latina, debe comprar parte del arroz que consume y lo hace principalmente a Uruguay, Argentina y Estados unidos.

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  1. 5.   El oligopsonio molinero

Cuando eslabones de la cadena arrocera controlan más del 80% de la distribución del arroz empaquetado -tendencia en aumento- ello permite que se violen acuerdos como el del precio acordado para la cosecha de 2013, con la argucia del pago de contado,  a lo cual deben sumarse las condiciones de calidad que el monopsonio molinero impone, juzgadas solo por él, puesto que no existen laboratorios referentes, a pesar de haber sido ofrecidos desde el comienzo de la administración Santos, quedando expedito el “tablazo”, con que disminuyen los precios del producto. Esta estructura oligopólica del mercado en blanco del arroz, imposibilita la fijación de precios favorables al productor, no reflejados en el precio al consumidor.

Mientras los arroceros tiemblan, su gremio nacional calla y se contenta con la ”tajadita” de las utilidades que aspira a compartir con los exportadores gringos, en virtud de su participación de la Trading Company, organizada para el efecto. Perversa o ingenuamente, para el caso son graves ambos escenarios; pretenden que con esas utilidades y otros “mejorales” dados por el gobierno, se salvará el cultivo a punta de tecnología, lo cual por lo menos en este caso no es cierto.

  1. 6.   Costos de agroinsumos, semillas y combustibles.

Como se ha mencionado en las relaciones comparativas con otros países, la producción arrocera colombiana pierde competitividad principalmente por la elevación de los costos. Un examen retrospectivo de la evolución de los costos de producción en el cultivo de arroz riego, agrupando por los principales rubros, permite conocer cuáles son aquellos que en la estructura de costos vienen restando capacidad de competencia al arroz nacional, incluso en el mercado interno.

Como puede verse, los rubros que más han afectado el costo de producción son el riego, que involucra un alza en el precio del agua, la preparación del terreno, la recolección y especialmente los fertilizantes. Todos ellos se incrementaron, no solo por encima de la variación total, que fue del 54,8%, sino que además esta superó el promedio del Índice nacional de precios al productor (IPP) que, en la serie para agricultura, entre enero 2003 y diciembre 2010 fue de 44,69% y también superó la inflación básica, en el mismo lapso, que fue de 35,05%. En este sentido, ha habido un traslado de valor de los arroceros a las empresas productoras de fertilizantes, de equipo y a los proveedores de agua, maquinaria y mano de obra.9

  1. 7.   la crisis sanitaria agrava la situación

Desde 2009 se presenta en la zona centro, Tolima y Huila, un desarreglo sanitario que afecta el cultivo, disminuyendo su producción por área de manera sensible, agravando la situación de los agricultores, sin que se dé respuesta cierta por parte de las entidades que se encargan de la investigación; rápidamente el desarreglo se extiende al Meta y el Casanare donde ya está presente el complejo sanitario; “tras de corneados apaleados”, parece resumir el cuadro del sector arrocero. No solo está gravemente afectado por la pésima política sectorial y general, sino que el debilitamiento extremo de los organismos de investigación, le han quitado capacidad de respuesta ante la coyuntura de la afección sanitaria, restándole aún más la competitividad a la actividad arrocera.

  1. 8.   la lucha por la sobrevivencia del arroz

La lucha por la sobrevivencia del arroz, en el último período, completa 20 años, desde que en 1993 se realizó la primera movilización callejera ocurrida en Villavicencio en dicho año, siendo primer cultivo empresarial en realizar paros que incluyeron la paralización durante varios días de la Vía Bogotá-Villavicencio. Durante los gobiernos de Ernesto Samper y de Andrés Pastrana, los arroceros metenses se volcaron en repetidas oportunidades a las vías del departamento o realizaron marchas hacia Bogotá, a botar cascarillas en las vías capitalinas o a atrancar las puertas del Ministerio de Agricultura, con el

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fin de exigir de esos gobiernos condiciones de precios y medidas de subsidios o aranceles de protección que permitieron continuar con la actividad arrocera.

Frente a cultivos como el algodón, prácticamente desaparecido o el sorgo viviendo similares circunstancias o el maíz y la soya fuertemente menguados, el arroz ha mantenido un área de alrededor de 480.000 hectáreas más o menos durante las últimas dos décadas, razón por la cual se considera que su permanencia es resultado de las luchas adelantadas para defenderlo.

En una comisión, integrada por agricultores representando el 85% de las regiones arroceras del país, los ministros de Agricultura y el consejero para el Diálogo Social y la presencia garante del gobernador del Meta, se rubricó, el pasado 14 de marzo, el acuerdo en el cual se incluyeron precios piso y techo, ligados a la importación o no de arroz proveniente de la CAN, recursos por 10 mil millones de pesos para subsidiar directamente al productor, dineros adicionales para investigar las causas de la crisis sanitaria que tanto afecta el cultivo, mecanismos de revisión y alivio de los créditos que expropian a muchos productores, adscripción de los arroceros a la comisión que consiguieron los cafeteros para revisar los costos de producción de combustibles, fertilizantes y demás insumos del proceso productivo, medidas legislativas que le coloquen diques seguros a la avalancha del contrabando; también se acordó la recomposición del Consejo Nacional del Arroz, para darle cabida a Dignidad Arrocera en el mismo.

Desde agosto de 2010, los arroceros colombianos hacen un primer intento de unificación de las luchas que les permita adelantar las actividades de defensa del cultivo de manera aunada y al cabo de una movilización nacional hacia Bogotá, se decide constituir el Movimiento Nacional por la Dignidad Arrocera (MNDA), inicialmente con las zonas arroceras de Meta, Tolima, Huila y Casanare; posteriormente se han adherido al mismo Arauca, Sucre y Norte de Santander. En la movilización agraria del pasado paro de agosto y septiembre de 2013, en todas las regiones que agrupan arroceros alrededor de MNDA, se dieron acciones sumadas con el paro agrario que se realizó en todo el país.

En agosto de 2013, se decide por parte del MNDA, engrosar el Movimiento de Dignidad agropecuaria colombiana y participar en el paro del 19 de agosto, producto del cual se reafirmaron las peticiones de marzo y se acordó unificar luchas con el resto de los movimientos de Dignidad Agraria que se conformaron en buena parte de los cultivos que se siembran en Colombia.

Se firma pero no se cumple, parece ser la guía de la acción gubernamental frente a los acuerdos firmados o la lentitud en su implementación que pueden terminar siendo inocuos cuando por fin se les dé cabal cumplimiento

9. Conclusiones

•El mercado mundial del arroz, es un mercado de excedentes donde los principales exportadores son aquellos países que producen un volumen mayor al de su consumo interno.

•El rendimiento por hectárea es una variable fundamental en el costo de producción por país.

•Pese a lo anterior, el comercio mundial está distorsionado por el alto grado de soporte en los precios al productor de subsidios y subvenciones estatales. Es evidente que en el caso de los países de la OCDE, empezando por Estados Unidos, las exportaciones se hacen con dumping, a precios por debajo del costo de producción.

•Con relación a América Latina, aunque Brasil es el principal productor, no alcanza a abastecer su propio mercado y Argentina, Uruguay, Perú y Ecuador son países con volúmenes de exportación que suplen a economías importadoras, principalmente Chile, Brasil, Paraguay y Venezuela. En Colombia, a pesar de algunas importaciones en la última década y de un fenómeno recurrente de contrabando desde Venezuela, la oferta y la demanda están equilibradas.

•Con respecto a la CAN, debe destacarse la favorabilidad que Ecuador y Perú pueden tener, en el caso peruano, debido a una productividad superior a los demás países andinos y en el caso ecuatoriano, al muy favorable margen a favor del productor. Lo anterior, aún teniendo en cuenta que el consumo por habitante en Ecuador y Perú es superior al de Colombia, que es el mayor productor.

•En cuanto al mercado nacional, la producción se concentra cada vez más en los cuatro departamentos de mayor producción, tanto por razón de la mayor superficie cosechada como de la productividad, aunque la producción nacional declinó desde 2009 hasta la fecha. Es de resaltar que la producción arrocera tiende a irse reduciendo a mínimos volúmenes en el resto de departamentos.

•La estructura productiva básica indica que el 92% de las UPA, que tienen menos de 50 hectáreas, producen la mitad del volumen nacional.

•Los costos de producción se han incrementado principalmente, por el exagerado aumento del precio de los fertilizantes y de otros procesos productivos como el riego, la preparación del terreno y la recolección. La variación total de los costos de la producción de arroz en Colombia supera en más de 10 puntos el Índice de precios al consumidor (IPC) de la actividad agrícola y en casi 20 el de la inflación básica.

•En cuanto a la industria procesadora se refiere, existe en la práctica un oligopolio que concentra más del 80% del mercado, lo cual contrasta con una oferta de cerca de 20 mil productores.

•El paquete tecnológico implementado en los últimos 40 años ha logrado avances significativos en materia de productividad, pero viene presentando rendimientos decrecientes, lo cual se agrava con un estancamiento en el suminis-

tro de semillas, de las cuales tan sólo el 40% son mejoradas o certificadas.

•Desde 1993, con la división del ICA y la creación de Corpoica, el sistema de investigación se debilitó notoriamente y la asistencia técnica ligada al crédito fue “liberada”, quedando de hecho en manos de las empresas productoras y vendedoras de agroquímicos con el consiguiente deterioro de la calidad de la misma y su incidencia en los costos y en el manejo inadecuado de la tecnología disponible.

•Todas las previsiones con base en el precio

del arroz norteamericano y de la tasa de cambio, indican que, aún teniendo en cuenta los costos logísticos, el arancel del 80% con el cual durante los primeros 6 años de vigencia del TLC, se gravaría a las importaciones que estuvieran por fuera del contingente libre de impuestos, no constituye barrera de protección alguna, y que se puede desencadenar un ingreso masivo de arroz de los Estados Unidos, país que debe exportar el 50% de su producción, dando al traste con el último de los cereales en el que hoy está fundamentada la seguridad alimentaria nacional.

Algunas propuestas

ç Constitución de un fondo de estabilización de precios, que contrarreste las diferencias con el arroz importado cuyos subsidios compiten con el arroz y nacional, y que debería neutralizar igualmente las variaciones del precio interno dependiente de la estacionalidad en la producción de buena parte de la cosecha nacional.

ç Control efectivo del contrabando que se da en forma permanente, especial mente el proveniente de Venezuela y estacionalmente del Ecuador.

ç Restablecimiento y fortalecimiento de un sistema de investigación que de manera permanente trabaje mejoras en la productividad y en la eficiencia del uso de recursos naturales e institucionales.

ç Establecimiento de un sistema de asistencia técnica, desligado de los intereses comerciales de los productores y distribuidores de insumos, alimentado desde la investigación y con capacitación permanente para quienes realicen dicho trabajo.

ç Control efectivo de precios de insumos que faciliten la competitividad del cultivo.

ç Renegociación de los TLC, que afecten la producción de alimentos, en concordancia con el artículo 64 de la Constitución Nacional de Colombia.

NOTAS

  1. Espinal C.F. La cadena de arroz en Colombia. 1991-2005 . MADR.
  2. Tovar E.  “Qué hay detrás de un grano de arroz”. El tiempo, octubre 13 de 2013.
  3. Espinel C. F. Ibid.
  4. Romero M. “El TLC y un producto Llanero”. 2013. En www.noticias devillavicencio.com
  5. Ibid.
  6. Ibid.
  7. Ibíd.
  8. Rodríguez, R.L. Corpcom. 2009.
  9. Suárez A. El cultivo de arroz en Colombia: estratégico para el agro y la soberanía alimentaria. 2012.

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