NAVÍOS DE CARONTE
Por: Carlos Fajardo
En las últimas semanas las noticias internacionales han difundido, a diario, fotografías e informes sobre la situación de los migrantes en diversas partes del mundo: en las fronteras de Hungría, en el Mediterráneo (Italia y Grecia), en Austria, y por si faltara poco en la frontera México-americana (declaraciones de Donald Trump) y hasta en Colombia, donde el problema es delicado en la frontera colombo-venezolana, pero dramático cuando pensamos en los seis millones de desplazados internos. Las imágenes son conmovedoras: un camión en Austria con 70 personas asfixiadas, llamados de Alemania a la Unión Europea para atender a los migrantes del África y el Asia, que han desbordado la capacidad de recepción de Atenas y Roma, miles de ahogados en el Mediterráneo por el sobrecupo en las pateras, etc. Las potencias imperialistas que han arruinado a sociedades y culturas completas, y que han desatado permanentes guerras en el Tercer Mundo, ahora se ven confrontadas por los miserables que han creado en estas regiones. ¿Pero qué les espera a los migrantes? A la mayoría la muerte y a los demás el desarraigo, el desempleo y la discriminación. Sobre este tema escriben los politólogos, los expertos en migraciones, los sociólogos, los antropólogos y los periodistas. No hace falta documentación para conocer y comprender el problema. Pero para sentirlo en toda su dimensión, para tomarle el pulso vital, recomendamos la lectura de “Navíos de Caronte” del poeta Carlos Fajardo Fajardo, libro editado por Común Presencia Editores, en la colección Los Conjurados en el 2008 y bellamente ilustrado por el maestro Edgar Insuasty. Publicamos cuatro poemas, correspondiente cada uno a un capítulo del libro. En un lenguaje pleno de metáforas, con una emoción contenida y versos exactos, el poeta narra el día a día de esta tragedia. No sobra decir que el autor conoció directamente en Europa la tragedia de las pateras y de los migrantes. Deslinde
Navíos
7
Ancho es el mar.
mis cabellos se agitan por los tempranos vientos.
Sumergido en la inmensidad de la luna
se me acaba la tarde.
Que nadie se fije en nuestros aguados ojos.
La muerte será más cruel y pura
en océanos de nadie
Diásporas
5
Me arrojo a este océano.
Oigo tambores de inmigrantes
al otro lado de la patria.
Zarpamos
y se pierde el ancho mundo
de donde parto.
Mientras me transformo en mar
mi pueblo
se vuelve nostalgia y llanto
Puertos
5
Me darán comida solo por unos días
pero no tengo más hambre que mi vergüenza rota
más apetito que mi dignidad saqueada.
Me darán un poco de comida.
Luego me retirarán de esta tierra
y de nuevo será el mar insomne y triste
el mar
el insoportable
Exilios
3
Soy extranjero
sin nombre
sin ley
sin luna.
Soy extranjero
sin lengua
sin palabras
Soy extranjero
sin madre
sin patria
sin un árbol que recuerde