Home Economía Pocos empleos y de mala calidad

Mateo Hoyos López, economista de la Universidad de los Andes

 

Mauricio Cárdenas, ministro de hacienda, se ha ufanado en los últimos meses por los resultados en materia de empleo del 2013. En particular, se enorgullece por la reducción del desempleo, que pasó de 2012 a 2013 del 10,4% al 9,6%. Según el ministro, “esta disminución se explica por la creación de empleos nuevos, reflejo de las políticas públicas exitosas implementadas durante 2013 encaminadas a promover la generación de puestos de trabajo, tales como la reforma tributaria y el PIPE”. Además, el gobierno ha dicho que el empleo creado es de calidad.

La primera gran falacia del gobierno es la de la creación de empleo. Durante el gobierno Santos el número de ocupados viene cayendo de forma sostenida. Para el 2011 se crearon 806 mil empleos, para el año siguiente 677 mil y para el 2013 tan sólo 352 mil. Luego es falso que se vengan creando muchos empleos, como nos hacen creer. La razón por la que la tasa de desempleo en 2013 fue de un dígito está relacionada con un empequeñecimiento del mercado laboral. En los años 2011 y 2012 los inactivos venían cayendo, por lo que había más gente buscando empleo, pero para el 2013 esto cambió. Los inactivos aumentaron en 325 mil. Así las cosas, el desempleo cae porque muchos desempleados dejan de buscar trabajo y no porque las plazas laborales hayan aumentado. ¡Vaya detalle omitido por el ministro!

Que el empleo en Colombia sea de calidad es todavía una ilusión o, siendo menos pesimista, un objetivo loable de política. Para el 2013, el 42% del empleo es de cuenta propia. Predomina, entonces, el rebusque, que está estrechamente ligado a una economía informal y con bajas tasas de productividad y crecimiento. Del bajo crecimiento del empleo para el 2013, el 33% se dio en cuenta propia. Demagogia resulta que el gobierno afirme que se crean empleos de calidad.

No menos importante es mirar en qué sectores productivos se crea empleo y en cuáles otros se contrae. Las ramas donde se crean el empleo son las de comercio y servicios. Tan sólo comercio representa el 70% de los empleos creados en 2013. Por el contrario, la industria y la agricultura tienen una caída en el empleo. Del cambio total entre 2012 y 2013, la caída en el empleo industrial representa un 35% y en el empleo agrícola un 20%, lo que implica 110 mil y 82 mil empleos menos respectivamente. Si bien es posible que para Cárdenas, y quienes acogen las tesis oficiales, importe poco que el empleo se cree en un call center o en una industria, para el desarrollo del país sí es determinante. La producción media por trabajador en la industria es dos veces mayor que en el comercio, sin contar con que el comercio es una actividad que no le agrega valor a los bienes con los que trabaja. Otra omisión muy sospechosa del ministro.

Emilio Sardi, vicepresidente ejecutivo de Tecnoquímicas, afirma que “lo más importante para un país es el empleo, pues carecer de empleo es lo más horrible que le puede pasar al ser humano”. A eso habría que agregarle que es horrible que este empleo sea improductivo, mal pago y de baja calidad. Si el país quiere realmente superar el desempleo e incentivar el desarrollo debería pensar por lo menos en (i) replantear su política de libre comercio que sacrifica las actividades económicas más productivas (agro e industria) y (ii) ejecutar un plan de empleo público, que arranque por transitar progresivamente de los programas de ayudas condicionadas a empleos dignos y bien remunerados, y que concluya fomentando el empleo industrial y agrícola.

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